miércoles 4 DE diciembre DE 2024

Una cloaca obsoleta es el terror de calle Lanín

Los 2.600 metros que recorre la calle Lanín, entre Saavedra y avenida Olascoaga, son un trampa para los conductores. A lo largo del camino, el manto de asfalto tiene varios parches y, pese a las reparaciones, existen innumerables deformaciones, pozos y cráteres que son un escollo para cualquier vehículo.

El principal enemigo de esa arteria es un amplio caño de una colectora cloacal máxima, que va por debajo de la calle y se rompe con frecuencia.

La última semana el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) comenzó a reparar dos sectores de la calle, uno sobre la avenida Olascoaga.

Tuvo que romper el suelo en ambas manos del bulevar para cambiar parte del ducto, que es de hormigón y tiene un metro de ancho. Explicaron que la fuga no perjudica el tránsito de los líquidos hacia la planta de tratamiento Tronador, pero socava el asfalto y causa hundimientos.

Una obra similar se desarrolla actualmente en Misiones y Lanín. Se trata de en un enorme hueco que tiene el ancho de la calle y se extiende por unos diez metros, sobre la esquina de Misiones.

Según el organismo, para resolver la cuestión de fondo, deben hacer un recambio de la cañería, que está incluido en un proyecto para renovar la Colectora Lanín.

La iniciativa se encuentra dentro de las obras priorizadas en la solicitud de financiamiento del Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento, Enohsa.

El trabajo proyectado comprende el recambio de aproximadamente 3.000 metros de cañería con un presupuesto estimado de 88 millones de pesos, según la última estimación oficial.

Vecinos indignados

La situación tiene un impacto directo en la vida cotidiana de los vecinos y principalmente en los comerciantes, quienes aseguran que las calles cortadas repercuten directamente en su economía. Uno de ellos es Claudio Daros, que tiene una agencia de quinielas sobre la esquina de Lanín y Misiones. Explicó que hace cuatro años trabaja en ese lugar y enumeró al menos seis roturas de caños en el sector durante ese período.

“Es un problema porque los autos no pasan y lo sentimos en el bolsillo. Cuando la calle se volvió mano única en este tramo, hace dos años, fue muy complicado y cada vez que cortan por reparaciones es lo mismo”, explicó. En diagonal a su local hay un mercado de barrio que padece el problema con creces, porque la rotura de asfalto para reparar el caño es sobre su puerta y al haber una gran laguna de efluentes cloacales se espanta a la clientela.

Hacia el lado oeste, desde Gatica, la calle Lanín se vuelve doble mano y es un infierno para el tránsito. Los autos, camionetas y camiones van y vienen con rapidez y eluden agujeros que hay sobre el pavimento. En esquinas específicas como la de Lanín y Labrín Purciano, se pueden ver hasta tres tapas de registro juntas, en esos puntos el pavimento se encuentra hundido y se notan pozos profundos.

En la intersección, Humberto Sánchez un empleado de la Escuela Superior de Bellas Artes, manifestó su preocupación por el estado del camino y explicó que “es un lugar de mucho tránsito y donde además caminan muchos chicos. Un día se va a hundir el pavimento y se va a enterar algún auto”.

 

Fuente: Diario Rio Negro

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