miércoles 4 DE diciembre DE 2024

Vacuna Pfizer vs. Sputnik Light: la tercera dosis de los médicos y la puja de los laboratorios

La tercera dosis contra el Covid, pese a los primeros pronósticos oficiales que la agendaban para el año próximo, se acelera en Argentina. El Gobierno anunció que esta semana buscará el consenso con la Comisión Nacional de Inmunizaciones y el comité de expertos para avanzar con ese refuerzo al personal de salud vacunado hace más de 6 meses. Es decir, la gran mayoría.

La incógnita que se abre es qué vacuna elegirán y si en esa decisión se jugará una parada importante en la puja del momento por el reino del booster: la Sputnik Light (primera dosis de la V) versus la de Pfizer. Los médicos fueron prioridad en el plan de vacunación, inmunizados principalmente con la vacuna rusa y con Sinopharm.

Un primer interrogante es si todo individuo registrado como personal de salud recibirá la tercera dosis en lo inmediato o si, como ocurrió con la población mayor de 50 años, en principio sólo serán beneficiados los inmunizados con la vacuna china de virus inactivado. También, si el criterio será acotar ahora el refuerzo a los que trabajan en hospitales y clínicas.

En lo que va del operativo nacional, un total de 1.969.169 personas fueron registradas como personal de salud al ser vacunadas (recibieron 3.932.338 dosis). Para saldar esa tercera y única dosis extra habría, en breve, stock tanto de Sputnik V como de Pfizer. También podrían sumarse, eventualmente, otras marcas disponibles.

Del contrato por 30 millones de dosis con los rusos restaría recibir aún 3,7 millones de dosis del componente 1. El saldo restante debería corresponder, en principio, a segundas dosis, para que el abastecimiento de ambos componentes quede equilibrado. Aunque si la idea es utilizar boosters de Sputnik, se debería contar con más componentes 1 que 2.

Por el lado de Pfizer, el Gobierno debe garantizar 8.560.800 dosis para vacunar con esquemas completos a todos los argentinos de entre 12 y 17 años. Del contrato con Pfizer por 20 millones de dosis (previstas en su totalidad para antes de fin de año) quedarían disponibles 11.439.200 dosis (hay que descontar las usadas como segundas dosis de AstraZeneca).

Hasta ahora arribaron al país 7.977.060 dosis de Pfizer, por lo que con 583.740 más que lleguen se completará el stock necesario para cubrir a todos los adolescentes y lo que arribe de ahí en adelante podría utilizarse para otro fin. Por ejemplo, terceras dosis para los médicos.

La decisión que debe tomar el Gobierno es clave. Una elección principalmente sanitaria, pero en que la geopolítica no escapa. Esto es, optar por la vacuna rusa o la estadounidense en un escenario de accesibilidad equitativo entre uno y otro inoculante. La buena noticia es la posibilidad de elegir.

El Gobierno y en particular la Provincia de Buenos Aires han tenido una empatía manifiesta con el Centro Gamaleya. Tanto desde lo simbólico (los colores de la campaña de vacunación bonaerense, como contó Clarín, son idénticos a los de la rusa) como desde lo práctico, con el uso de recursos científicos locales para estudios sobre la Sputnik V y la auspiciosa difusión de los resultados obtenidos.

Más allá de esos pormenores, el dato crucial es cuál es el mejor boostery en particular para el personal de salud, un blanco sensible. Los rusos han venido promocionando en el último tiempo la Sputnik Light como refuerzo, incluso en ocasiones en detrimento explícito de sus competidoras de ARN mensajero.

Hubo varios anuncios. «En resultados preliminares de un estudio realizado con 4 mil moscovitas se observó que una sola inyección de la vacuna Sputnik Light elevaba el número de anticuerpos a casi el doble«, dijo recientemente Alexander Ginzburg, director del Centro Gamaleya. E indicó que «la Sputnik Light puede servir como booster de cualquier otra vacuna«.

El Fondo Ruso de Inversión Directa también también informó los resultados provisionales de un estudio en Argentina, sobre 1.102 voluntarios en cinco provincias. «Sputnik Light es un refuerzo universal eficaz para las vacunas producidas por Astrazeneca, Sinopharm, Moderna y Cansino», señalaron. Aunque en este caso se aplicó como segunda dosis heteróloga.

Los desarrolladores de la Sputnik V aseguraron además que la versión de unidosis mostró una eficacia contra la variante Delta superior al 75 por ciento en menores de 60 años y del 70 por ciento en mayores, durante los tres primeros meses, según un estudio con 28 mil voluntarios en Moscú. «Estos indicadores superan los de numerosas vacunas extranjeras de dos componentes», dijo Kirill Dmitriev, CEO del Fondo Ruso de Inversor Directa.

Fuera de esas declaraciones, un artículo publicado en la revista The Lancet indicó que la Sputnik Light desarrolló una fuerte respuesta inmunitaria humoral y celular tanto en personas que habían tenido coronavirus como en aquellas que no sufrieron la enfermedad, según los resultados de un estudio de fase 1 y 2 realizado en 110 voluntarios sanos de entre 18 y 59 años.

En cuanto al refuerzo de Pfizer, el Instituto de Investigación Clalit, en colaboración con la Universidad de Harvard, elaboró un estudio sobre la efectividad contra la variante Delta. Lo hizo en Israel, desde el 30 de julio al 23 de septiembre de 2021.

Los expertos revisaron datos de más de 728 mil personas mayores de 12 años que hubiesen recibido la tercera dosis de la vacuna y que tuviesen sólo dos inyecciones de la misma marca, administradas al menos cinco meses antes.

Los resultados, publicados en The Lancet, mostraron que los que recibieron tres dosis de la vacuna tuvieron un 93 por ciento menos de riesgo de hospitalización; un 92 por ciento menos de riesgo de enfermedad grave; y un 81 por ciento menos de riesgo de muerte. Todo en comparación con las personas que tenían sólo dos dosis.

Pfizer dio a conocer, además, el 23 de octubre, los resultados de fase 3 de su vacuna como refuerzo. Fueron seguidas 10.000 personas mayores de 16 años. Según afirman, la eficacia fue del 95,6 por ciento contra el Covid sintomático, con Delta como variante predominante. Los participantes del ensayo recibieron el refuerzo, en promedio, 11 meses después de su segunda dosis.

En base a la evidencia, el Gobierno deberá elegir ahora qué inoculante destinará como tercera dosis para el personal de salud. Además de las de Pfizer y Sputnik se podría sumar como tercera opción -recién en el primer trimestre de 2022- Moderna o un remanente de 2,5 millones de dosis de AstraZeneca que resta llegar al país.

Las alternativas más pujantes por alcanzar el trono del booster han sido la rusa y la estadounidense Pfizer, protagonistas de amores y disgustos en Argentina. Con el detalle no menor de que la Sputnik sigue siendo, al día de hoy, la que todavía espera la autorización de la Organización Mundial de la Salud.

FUENTE: Diario CLARIN

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